7 de enero de 2011

Descubriendo la Civilización Maya (Luis Roberti-Pérez)

Parece  que los TuBiviajeros se van animando y nos van llegando los primeros artículos referentes a sus propias experiencias de viaje.
Hoy comenzaremos nuestro viaje con la Ruta Maya (México) realizada por el viajero Luis Roberti-Pérez que nos cuenta su propia experiencia de forma muy detallada.
También te recordamos que nos puedes contar tus propias experiencias de viaje enviándonos un email a la siguiente dirección de correo: redaccion@tubillete.com ¡Anímate!


Foto: Luis Roberti- Pérez
Un viaje no comienza cuando se pisa el suelo del sitio que visitamos. Un viaje se inicia desde el primer momento en que pensamos que queremos viajar; desde que buscamos en Internet, blogs, redes sociales o cuando buscamos conocer la experiencia y los comentarios de familiares y amigos que hayan ido al lugar que se desea; un viaje es una aventura que se vive, se disfruta. Ahora bien, todo este hábito se simplifica un poco, si en el lugar al que queremos ir vive algún conocido con el que planificaremos viajar. Esto siempre me ha sucedido en los viajes que he hecho a México, ya que tengo una amiga que vive allí.

En esta ocasión, escribo sobre el viaje que hicimos siguiendo la Ruta Maya. Llegué al aeropuerto de Ciudad de México y ya desde que te bajas del avión comienza la aventura. Pasando inmigración, recoges tus maletas y entonces te distribuyen en varias filas y al final pasas tus maletas por un scanner de rayos y, no conforme con ello, pulsas un botón que al azar enciende una bombilla de color verde o de color rojo. Si te toca el color verde pues recoges tus maletas y puedes salir, pero si te toca el color rojo, entonces debes dirigirte al personal uniformado que te abren las maletas y te hacen un chequeo de su interior. A mi me tocó el color verde, por lo que salí por las puertas principales y donde inmediatamente te encuentras con un grupo de familiares y amigos que están en espera de los que llegamos; mi amiga estaba allí esperándome.


 Después de dormir una noche en su casa, nos levantamos temprano al día siguiente y en coche fuimos vía sureste hacia el estado de Chiapas, adentrándonos en la selva Lacandona (famosa en los noventas porque en sus montañas se escondían miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional)  y llegando a un lugar arqueológico llamado Bonampak. El viaje fue de un poco más de 1000 km, casi 11 horas de viaje y conseguimos un hotel rural donde dormimos la noche. Bonampak es la típica ciudad maya que queremos conocer: la carretera se adentra en plena selva y finaliza justo donde se encuentra la zona arqueológica, los templos de piedra  parecieran que hubiesen sido colocados sobre un pasto de color verde vivo, los árboles crecen a su alrededor y se oye el sonido de los pájaros como si estuviesen al lado de uno.

De allí, seguimos bajando un poco más por la carretera principal y llegamos a un pueblito con nombre Frontera Corozal, donde cogimos un bote que nos trasladó por el río Usumacinta (río que divide la frontera entre México y Guatemala) hasta otra zona arqueológica llamada Yaxchilán; el recorrido es de unos 40 minutos aproximadamente y se podrán ver cocodrilos en las orillas del río. Aquí, se podrá oír a los monos aulladores (araguatos) que parecieran que estuviesen en todas partes. Al día siguiente, regresamos por la misma carretera que habíamos cogido, pasando por poblaciones rurales hasta que llegamos a Palenque, donde visitamos la zona arqueológica del mismo nombre, uno de los sitios más representativos de la cultura Maya y en el que se pueden ver diferentes templos, resaltando el de las inscripciones donde está la cripta funeraria de Pascal el Grande, que fue el gobernante más notable de la zona debido por la época de esplendor con grandes edificaciones que se construyeron bajo su mandato.

De Palenque salimos del estado de Chiapas hacia el noreste del país, entrando al estado de Campeche. En la ciudad de Escárcega no había gasolina para el coche y nos arriesgamos a seguir adelante por una carretera recta hasta que llegamos de noche al poblado de Xpujil donde solo hay 2 hoteles y conseguimos habitaciones en uno de ellos. Como consejo llenen el tanque de gasolina antes de coger esta carretera porque durante el recorrido de casi 2 horas no hay ninguna estación de servicio; además, es recomendable conducir durante el día porque de noche la carretera es muy oscura, sin iluminación ni señalización vial. Al día siguiente, visitamos las zonas arqueológicas de Xpujil, Becán y Calakmul, siendo esta última una de las mas imponentes que visité. Lo excelente de Calakmul es que su ubicación es lo bastante lejana como para que no esté llena de turistas y además, puedes subir los escalones de las pirámides y llegar hasta la cima de las mismas, cosa que ya esta prohibido en lugares como Chichen Itzá y Uxmal.

Foto: Luis Roberti- Pérez

Nos regresamos por la misma carretera principal dirección este, entrando al estado de Quintana Roo y de allí fuimos hacia el norte al estado de Yucatán donde se encuentra una de las nuevas maravillas del mundo: Chichen Itzá. Hablar de Chichen Itzá requeriría de muchas líneas por lo que lo resumiré en una palabra: impresionante. Cerca de la ciudad de Valladolid se podrán visitar algunos cenotes como el llamado Dzitnup o Xkeken. Los cenotes son como cavernas profundas llenas de aguas subterráneas que forman un estanque. En algunos casos, como el de Dzitnup, una parte del techo ha colapsado formando un agujero por donde los rayos del sol pasan iluminando el interior.

Al norte de Valladolid hay otro sitio arqueológico que se llama Ek Balam, en la que se pueden ver pinturas murales bien conservadas. De Valladolid fuimos hasta Mérida donde dormimos y después fuimos hacia el sur de la ciudad para visitar zonas como Kabah, Uxmal y Edzná, que representan zonas arqueológicas del estilo Puuc, que están dentro de otra ruta llamada Ruta Puuc.

De vuelta a Ciudad de México, lo único que lamentamos fue el no poder tener más tiempo para visitar otros sitios arqueológicos como Tulum o incluso, haber podido visitar las otras ciudades mayas de Honduras y Guatemala, en las que se encuentran Copán y Tikal, respectivamente. No obstante, ese es otro de los viajes que están en la lista de “viajes futuros”. En resumen, éste fue uno de esos tantos viajes que recordaré siempre; ¿los demás?, pues los demás forman parte de otra historia.


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